miércoles, 12 de septiembre de 2012

LOS MECANISMOS DE COHESIÓN TEXTUAL


El texto es el marco en el que cada enunciado se relaciona con otros enunciados y cobra todo su sentido. Esas relaciones son las que dotan de cohesión al propio texto y pueden ser gramaticales, léxico y semánticas.

En el interior de un texto se dan estos tres tipos de relaciones entre enunciados. Estas relaciones no solamente dan cohesión, sino que aportan también coherencia, corrección y variedad a los textos, creando una correcta construcción lingüística en la que descansan las ideas.

Algunas de las relaciones gramaticales entre los enunciados de un texto pueden manifestarse a través de dos fenómenos concretos: la elipsis y la deixis.

La elipsis:

Es la supresión de algún elemento léxico del enunciado sin que se altere su sentido. Los elementos léxicos omitidos pueden ser palabras, sintagmas u oraciones. Por lo general, la elipsis se deduce lógicamente de la información precedente que indica que se ha omitido algo. Lo que se ha suprimido -el contenido de la elipsis- no siempre carece de importancia. De hecho, esta supresión se realiza frecuentemente en dos circunstancias:

 

a) Cuando un elemento léxico ha aparecido antes en el texto y es fácilmente identificable. Este es el caso, por ejemplo, de la omisión del sujeto en una oración cuando en ella se sigue hablando del mismo sujeto de las oraciones anteriores. Ejemplo:

 

- La profesora llega a la universidad. Deja el bolso en la sala de profesores e ingresa al aula.

 

b) Cuando un elemento léxico se deduce fácilmente por el contexto verbal. Ejemplo:

 

- Ya sabes, despacito y en voz bien alta.

 

En este ejemplo, extraído de un texto que refleja el ámbito escolar, se ha omitido la forma verbal lee, deducible por el contexto (antes el maestro había dicho: Bien, y ahora vamos a empezar un poema).

 

También es una práctica bastante corriente elidir acontecimientos importantes en el desarrollo de una historia. En los textos literarios se encuentran con frecuencia saltos en el tiempo con los que el autor corta el desarrollo de la acción y la reanuda después prescindiendo de lo sucedido en ese intervalo. Cuando esto ocurre se pueden buscar los motivos de la elisión por parte del autor: en ocasiones se trata de un hecho doloroso, de difícil expresión verbal, en otras simplemente sirve para presentar la información de forma enigmática y misteriosa. Ejemplo:

 

- Cuando Melissa volvió a Lima un año después, todo había cambiado.

 

La deixis:

La deixis es la función representada por ciertos elementos lingüísticos, que consiste en señalar o designar algo presente entre los hablantes o en el enunciado.

En todas las lenguas existen determinadas formas que sirven para hacer referencia a los diferentes elementos que aparecen en una situación. En nuestro idioma, por ejemplo, esto se realiza a través de unos elementos denominados deícticos, que pueden ser pronombres personales, demostrativos o posesivos, e incluso adverbios de lugar y de tiempo.

Los deícticos se usan con mucha frecuencia, tanto en el discurso oral como en el escrito, de manera que aparecen en más del 90% de las oraciones de cualquier lengua.

Existen diversos tipos de deixis según el término al que se refieran. Podemos encontrar deixis social cuando la expresión alude a un participante de la conversación, personal, de lugar y de tiempo.

La deixis funciona a través de dos mecanismos distintos, la anáfora y la catáfora; ambos se utilizan en el discurso para hacer referencia a algún elemento presente en el mismo.

 

Denominamos anáfora al fenómeno por el que una palabra remite a un elemento anterior del discurso, al cual representa. Ejemplo:

 

- Tenemos un nuevo compañero. Es una alegría para todos y vamos a recibirlo con un aplauso.

 

Las palabras anafóricas son unidades gramaticales sin significado propio. Su significado viene dado, precisamente, por el elemento léxico al que hacen referencia. Así, en el ejemplo anterior, lo remite a un nuevo compañero. Las palabras que con mayor frecuencia funcionan como términos anafóricos son los pronombres personales, algunos demostrativos y posesivos, los relativos y los adverbios que tienen un valor referencial (aquí, allí, entonces...).

 

Denominamos catáfora al fenómeno que consiste en anticipar una parte del discurso aún no anunciada. Ejemplo:

- Me dijo lo siguiente: que renunciaba.

 

En este ejemplo, lo siguiente adelanta al receptor información que aparece después.

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