El texto
es el marco en el que cada enunciado se relaciona con otros enunciados y cobra
todo su sentido. Esas relaciones son las que dotan de cohesión al propio texto
y pueden ser gramaticales, léxico y semánticas.
En el interior de
un texto se dan estos tres tipos de relaciones entre enunciados. Estas
relaciones no solamente dan cohesión, sino que aportan también coherencia,
corrección y variedad a los textos, creando una correcta construcción
lingüística en la que descansan las ideas.
Algunas de las
relaciones gramaticales entre los enunciados de un texto pueden manifestarse a
través de dos fenómenos concretos: la elipsis y la deixis.
La elipsis:
Es la supresión de algún elemento léxico del
enunciado sin que se altere su sentido. Los elementos léxicos omitidos pueden
ser palabras, sintagmas u oraciones. Por lo general, la elipsis se deduce
lógicamente de la información precedente que indica que se ha omitido algo. Lo
que se ha suprimido -el contenido de la elipsis- no siempre carece de
importancia. De hecho, esta supresión se realiza frecuentemente en dos
circunstancias:
a) Cuando un elemento léxico ha aparecido antes en
el texto y es fácilmente identificable. Este es el caso, por ejemplo, de la
omisión del sujeto en una oración cuando en ella se sigue hablando del mismo
sujeto de las oraciones anteriores. Ejemplo:
- La profesora llega a la universidad. Deja el
bolso en la sala de profesores e ingresa al aula.
b) Cuando un elemento léxico se deduce fácilmente
por el contexto verbal. Ejemplo:
- Ya sabes, despacito y en voz bien alta.
En este ejemplo, extraído de un texto que refleja
el ámbito escolar, se ha omitido la forma verbal lee, deducible por el
contexto (antes el maestro había dicho: Bien, y ahora vamos a empezar un
poema).
También es una
práctica bastante corriente elidir acontecimientos importantes en el desarrollo
de una historia. En los textos literarios se encuentran con frecuencia saltos
en el tiempo con los que el autor corta el desarrollo de la acción y la reanuda
después prescindiendo de lo sucedido en ese intervalo. Cuando esto ocurre se
pueden buscar los motivos de la elisión por parte del autor: en ocasiones se
trata de un hecho doloroso, de difícil expresión verbal, en otras simplemente
sirve para presentar la información de forma enigmática y misteriosa. Ejemplo:
- Cuando Melissa volvió a Lima un año después, todo
había cambiado.
La deixis:
La deixis es la
función representada por ciertos elementos lingüísticos, que consiste en
señalar o designar algo presente entre los hablantes o en el enunciado.
En todas las lenguas existen determinadas formas
que sirven para hacer referencia a los diferentes elementos que aparecen en una
situación. En nuestro idioma, por ejemplo, esto se realiza a través de unos
elementos denominados deícticos, que pueden ser pronombres personales,
demostrativos o posesivos, e incluso adverbios de lugar y de tiempo.
Los deícticos se
usan con mucha frecuencia, tanto en el discurso oral como en el escrito, de
manera que aparecen en más del 90% de las oraciones de cualquier lengua.
Existen diversos
tipos de deixis según el término al que se refieran. Podemos encontrar deixis
social cuando la expresión alude a un participante de la conversación,
personal, de lugar y de tiempo.
La deixis funciona
a través de dos mecanismos distintos, la anáfora y la catáfora; ambos se
utilizan en el discurso para hacer referencia a algún elemento presente en el
mismo.
Denominamos anáfora al fenómeno por
el que una palabra remite a un elemento anterior del discurso, al cual
representa. Ejemplo:
- Tenemos un nuevo compañero. Es una alegría para
todos y vamos a recibirlo con un aplauso.
Las palabras anafóricas son unidades gramaticales
sin significado propio. Su significado viene dado, precisamente, por el
elemento léxico al que hacen referencia. Así, en el ejemplo anterior, lo
remite a un nuevo compañero. Las palabras que con mayor frecuencia funcionan
como términos anafóricos son los pronombres personales, algunos demostrativos y
posesivos, los relativos y los adverbios que tienen un valor referencial (aquí,
allí, entonces...).
Denominamos catáfora al fenómeno
que consiste en anticipar una parte del discurso aún no anunciada. Ejemplo:
- Me dijo lo siguiente: que renunciaba.
En este ejemplo, lo siguiente adelanta al
receptor información que aparece después.